TEXTOS DE LA EXPOSICIÓN:
«MEMENTO»
Esta
exposición que presento bajo el título de «Memento»
se encuentra con el espectador después de un giro que apunta hacía
otras direcciones: en la temática y en la elección de los contenidos
que hasta ahora llenaran el espacio pictórico y que he venido abordando
hasta este preciso instante. Es por esto que, siendo otra exposición
de tránsito ya nada parece ser siempre definitivo, -en la que se diluyen las huellas del hombre preparado para la lucha en un
campo de batalla, que, como metáfora, parecía encontrarse dentro
de su propio abismo o quizá en su exterior con todas las sensaciones
y reacciones que experimenta en el pasar de su existir- es otra página
que no ha roto todavía con lo narrado en su anterior: por ello aparecen
obras que se ajustan a este título pero que nos recuerdan a esa serie
de guerreros que hasta muy reciente fecha estaba vibrando desde lo imaginado
hasta la realidad de lo tangible.
Con
esta exposición se entra en un momento pictórico en el que
lo ecléctico parece florecer y después de tantos años
de pintura y esfuerzo creativo, no importa tanto el estilo sino que cada
trabajo me pertenezca e identifique desde la primera mirada ajena. Aquí se
encuentra el verdadero placer de lo creado: que cada espacio pictórico
terminado te señale condenando o salvando el diálogo final
con la obra.
«Memento»,
por tanto, refleja la dirección en la que se mueve mi trabajo actual,
pero que también contempla lo realizado hasta ahora. Puede ser un
resumen que señala el estado de mis reflexiones estéticas a
lo largo de todos estos años, («acuérdate», en
la acepción predominante) de lo que se plasmó, y plantearse
nuevos retos que no aburran en la repetición ni a mí, ni al
que me viene contemplando.
Aportando
datos conceptuales al espectador, podríamos sugerir de nuevo que la
exposición se narra mayoritariamente en una selección de trabajos
en los que el personaje o personajes representados se encuentran ensimismados,
narrados en diversas posiciones reconocibles (frontales, perfiles…),
en actitud hierática o relajada en entornos casi desnudos donde se
atisba la sombra de su posición atemporal. Miran al espectador de
la obra en una mímesis virtual, un reflejo que coloca al personaje
de nuestro lado, un posible reflejo, el nuestro. En otras ocasiones el personaje
se desenvuelve en su espacio ajeno a la mirada del espectador y se repliega
dentro de sí para desentrañarse. En esta muestra, al igual
que en otras anteriores recientes, el ROSTRO que nos mira frontalmente o
se desentiende de nosotros aparece sin su máscara y con toda su plena
desnudez; en todo caso son rostros imaginados, iconos del alma con ojos que
a veces se multiplican generando varios tiempos en la obra.
Dentro
de este eclecticismo que indicábamos al principio, se encuentran otras
obras que, atemporales, se nos muestran bien distintas en estilo pero que
entroncan con una parte de mi recorrido estético abrazando lo simbólico
desde el collage y lo abstraído. Desde lo sugerido, con un guiño
hacía el arte Povera, bien distinto a otras obras realizadas en este
momento. Son secuencias fragmentadas unidas por un guión unitario
y resueltas bajo la premisa del políptico. Distintos «mementos»… recuerdos,
intentos de retomar el pasado, en definitiva de ACORDARSE de trozos importantes
para vivir el presente.
Cuando
vi hace pocos años la película titulada «Memento»
producida en el 2000 y dirigida por Christopher Nolan, reconocí
en ella que parte de mi trabajo -que empezaba a alejarse de la serie
«Guerreros»- contenía el espíritu que me inquietaba
para seguir investigando en mi plástica: el personaje padecía
de una extraña enfermedad que le impedía acordarse de los hechos
recientes de su vida, permaneciendo congelada en un determinado instante del
pasado; para organizar su nueva vida emplea una cámara Polaroid y tatuajes
con notas clarificatorias de las personas y hechos con los que se va encontrando.
Al empezar, una brillante secuencia inicial hacia atrás nos enseña
cómo va a ser la película. Toda la película va hacia atrás,
desde el final hasta el principio. Es, por tanto, un intento desesperado
por no olvidar lo vivido, por reivindicar sus recuerdos que se desvanecen
antes casi de ser instalados en el cerebro.
Pues
bien: en esta conjunción de intenciones mi obra se impregna de la
angustia del protagonista por acordarse de todo para que su vida contenga
una línea coherente de hechos, porque sin esto…
¿Acaso no seríamos un puzzle desordenado?. Los recuerdos dispersos
disolverían nuestra identidad y la locura se cernería sobre
nosotros.
Pero
la muestra no sólo insiste sobre este concepto sino que aborda con
heterogeneidad homogénea (acepten esta paradoja) otras acepciones
del título de la película que tanto me impresionara. Buscando
en un diccionario el significado de «Memento» nos indica lo siguiente:
(Del lat. Memento, acuérdate). Y continúa en la acepción
más conocida: Cada una de las partes de la misa en la que se hace
conmemoración de los vivos y difuntos.Frase figurada poco usada. Detenerse
en discurrir en lo verdaderamente importante. La segunda acepción
también la tomé para el desarrollo de algunas obras y en la
fascinación que me produjeran desde siempre aquellas fotos antiguas
que se realizaban hasta no hace mucho de un ser querido en su última
instantánea, en una actitud plácida de sueño eterno,
en un homenaje al fallecido y quizá confluyendo con la primera acepción:
un retener ese instante trascendental en la vida de cualquier ser humano,
como es su muerte, para acordarse del fallecido y posiblemente de que la
muerte nos democratiza a todos y en cada una de las muertes está
la propia.El
recinto para esta exposición facilita incluso el mejor entendimiento
conceptual de estos trabajos ya que, en la Capilla realizada para los moradores
del Palacio de Villadompardo y habilitada para realizar exposiciones en
su estado definitivo después de su restauración, todos los
apuntes de este texto se comprenderán mejor y llegarán a
ese momento contemplativo donde sobrarán las palabras.
Gaspar Cortés Zarrías
De manera distinta
cada cual debe morir su propia muerte
y afrontar el naufragio
en la perenne inmensidad del polvo.
Nadie
ha vuelto del seno de la muerte,
por esto
su misterio se conserva intacto,
amenazante.
Sin
saber si es amiga o enemiga,
ángel que nos transporte al otro lado
para ganar la ubicuidad eterna,
o fuerza que nos retorne a la materia:
todos vivimos la medrosa espera
resignados a la sorpresa de su encuentro
y al suplicio mortal que nos imponga.
(Vivo
pensando en el trágico momento
que me transforme en ausencia sin regreso,
nombre sin rostro huyendo hacia el olvido,
absoluto silencio que se ahogue
en la ciega pupila del vacío,
o sombra que se incolore en la distancia.)
(Me duele presentir y también creer
que después de la muerte,
nadie podrá ir más allá del polvo,
del polvo donde debe consumar su fin eterno.)
*Poeta
mexicano nacido en Cocula, Jalisco, en 1900. Además de su labor
como médico, Nandino apoyó a muchos jóvenes poetas
desde las revistas que fundó y dirigió. Editó
la colección de cuadernos México Nuevo, dirigió
Estaciones y de 1960 a 1964 fue director de Cuadernos de Bellas Artes. En
1979 recibió el Premio Nacional de Literatura y el Premio de Poesía
de Aguascalientes. Cada uno de sus poemas contiene un fragmento de tiempo.
Poeta soñador, que une la vida y la muerte, el amor y el odio, con
un puente indestructible de palabras, sueños y realidades. Algunas
de sus obras son Naufragio de la duda, 1950; Triángulo de silencios,
1953, Nocturna summa, 1955, Eternidad del polvo, 1970; Nocturna palabra;
1976. Murió
en Guadalajara, México, en 1993.
OTRAS
EXPOSICIONES EN ESTE FORMATO:
- GUERREROS DOS
2004
- EX AVERNO
IN PARADISUM 2005
- MEMENTO 2005>
- 8x8 y JUAN
RAMÓN JIMÉNEZ 2006-7
- ART
JAÉN 2007
- EPÍTOMES 2009
- MARES
Y OCÉANOS 2009-2010