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Me ha parecido interesante referir aquí el texto íntegro que explica y define perfectamente esta etapa artística:

• 1990 (“Fragmentos”) Aumenta en el pintor la necesidad de investigación. Se impone la razón al sentimiento, la idea toma fuerza y se implica a los espectadores. El cuadro se estructura de manera diferente racionalizándose el espacio con un lenguaje sustentado en la geometría. Las texturas y el color se enriquecen expandiéndose en la superficie con mayor equilibrio. En esta época Gaspar Cortés Zarrías mira en el interior del hombre con profunda seriedad testimoniando situaciones humanas: amor, deseo, soledad… Títulos como “Cerebro”, “Sueño prohibido”, “Conocimiento”, “Cabezas huecas” escritas al revés en el cuadro nos sugiere que el mundo no es como lo sentimos en lo más íntimo de nuestro ser; al contrario, lo que vemos son apariencias, puros reflejos condicionantes que acampan en nuestro interior sin darnos cuenta , apresándonos en el mundo que hemos creado entre todos.
  

• 1991-1992 (“Rostros” y “El objeto del tiempo”) Años de durísimo trabajo en los que se afirma su actividad creadora. Surgen interpretaciones de objetos del entorno junto a especulaciones estéticas de marcada racionalidad expresionista: “Copas”, “Jarrón alado”, esquemas corporales geométricos, etc.; temas pretexto que le permiten ahondar en la investigación metafísica de las formas. Paralelamente estudia múltiples materiales y el collage adquiere mayor protagonismo.
  

• 1993, 1994, 1995 (“Ritos”, “Dos propuestas” y “Azahaar”) Con “Ritos” se produce un cambio esencial en el contenido y forma. Los elementos gráficos-plásticos acusan su geometría en la estructuración compositiva del cuadro, velando o anulando la realidad. Los temas son pretexto estético aunque inevitablemente surgen evocaciones de un pasado remoto. En este momento Gaspar Cortés Zarrías rompe con la lógica racional figurativa afirmando el goce estético con escasos compromisos de contenido humano. El lenguaje plástico se enriquece incorporando todo material posible reafirmándose el uso del collage . Con “Dos propuestas” y “Azahaar” profundiza sensibilizando las aportaciones anteriores y se instala el símbolo como elemento portador de realidades profundas de su ancestro cultural. Es un momento de reflexión sobre el origen de las formas del cosmos, de la madre tierra…
  

• 1999 (“Tránsito”) Definiría la exposición que nos ocupa como período de síntesis de las experiencias que le han sido esenciales en los últimos nueve años, aunque el concepto “Tránsito” sea tan vital al autor que no ha dejado de estar presente en cada manifestación pública de sus obras. Creo que esa dinámica, ese ir y venir, es tan natural a su espíritu creativo como respirar. Pienso que Gaspar Cortés Zarrías siempre que pinta cita en la superficie pictórica conceptos antagónicos aportados principalmente por los movimientos: expresionismo, cubismo, abstracción y arte Póvera, que sabe adecuar a la singularidad de sus obras. Esta conjugación de forma y contenido muchas veces desgarrada por la expresión que alcanzan sus figuras, la acción, el cromatismo, las texturas… es su gran aportación a la pintura jiennense. Destacaría en la exposición la madurez en el planteamiento de los conceptos y el reposo equilibrado del proceso creativo. Creo que el autor se encuentra en un momento de serena reflexión que le provocará otro “tránsito” en el cual no será preciso vocear para ser escuchado aunque en ocasiones inevitablemente tenga que gritar con rabia.
  

MANUEL KAYSER ZAPATA es Artista Plástico

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